El 2009 no tuvo otro protagonista en el mundo fútbol además del Barcelona: seis títulos jugados, seis títulos ganados. No son logros que se consigan todos los días y este equipo quedará seguramente en la retina de los fanáticos del fútbol por varios años, por hacer de este deporte un arte.
El primer festejo llegó el 13 de mayo con la obtención de la Copa del Rey. En una vibrante final Barcelona aplastó por 4-1 al Athletic de Bilbao en Mestalla y se quedó con el primer título desde la llegada de Pep Guardiola y cuando aun no se había ido el camerunés Samuel Eto'o. Tres días más tarde el conjunto Culé se adueñó de la Liga española sin haber jugado aun su partido, porque llegaban buenas noticias desde el Madrigal: el Villarreal le aguó la fiesta al Real Madrid ganándole 3-2 y a tres fechas del cierre del torneo, el Barcelona se escapaba en la tabla. Finalmente el torneo concluyó con el equipo blaugrana en lo más alto con 87 puntos y su inmediato perseguidor, el conjunto merengue, nueve puntos por debajo.
Para ese entonces ya se hablaba de triplete, ante la inminente final de la Champions League ante el Manchester United de Cristiano Ronaldo y compañía, que arrasaban con todo lo que se les interponía en el camino. Andrés Iniesta, uno de los estandartes culés, llevó al Barcelona a la final del torneo más importante a nivel europeo de manera agónica con un zapatazo sobre la hora en la semifinal ante Chelsea en Stamford Bridge y el 27 de mayo en el estadio Olímpico de Roma se jugó el partido que en la antesala, no tenía un favorito
Pero entre tanta expectativa, solo un equipo se destacó. Cristiano Ronaldo quiso ser el héroe de Roma y llevar a su equipo a defender el título que había obtenido en 2008, pero a partir del gol de Samuel Eto'o (el resistido) a los 10 minutos del primer tiempo, el Manchester United fue un fantasma, el portugués empequeñeció y el Barcelona se apoderó del partido con gran categoría para quedar en la historia y llegar por primera vez a conseguir el anhelado triplete.
Y aun quedaban títulos por ganar, por eso el Barsa 'fue a por ellos'. Ya sin Eto'o en el plantel, pero con la incorporación del sueco Zlatan Ibrahimovic, el equipo blaugrana tenía todas las armas para lograr el siguiente título. El 16 de agosto comenzó a moldear la temporada venciendo al Athletic de Bilbao por 2-1 en San Mamés en el partido de ida de la Supercopa de España. Y como no podía ser de otra manera, el 23 de agosto en el partido de vuelta, esta vez en el Camp Nou, el equipo capitaneado por Carles Puyol volvió a dar una demostración de fútbol y ganó por 3-0 para dar la vuelta por primera vez en el año en su estadio.
El Barcelona ya era rey absoluto de España, pero quería toda la gloria también en el resto del continente, por eso cinco días más tarde se coronó con la Supercopa de Europa luego de ganarle en la final al Shakhtar Donetsk de Ucrania por 1-0 con un gol agónico de Pedro. Una de las virtudes de Guardiola fue la de saber aprovechar a los 'canteranos'. Bojan Krkic, Jeffren Suárez y el mismo Pedro fueron las variantes efectivas que utilizó el técnico nacido en Saintpedor cuando tuvo que sufrir las lesiones, entre otros, de Ibrahomovic y Henry.
Pero faltaba algo para cerrar el año a lo grande. Quedaba un esfuerzo más, un título más, quizás el más deseado por ser el único que le había sido esquivo en los 110 años de vida (cumplidos el 29 de noviembre). El Mundial de Clubes fue el objetivo y Estudiantes de La Plata el rival en la final. Como en una película épica, el partido ante el conjunto argentino fue duro, luchado. Durante los primeros 45 minutos, el Barcelona pareció reducido, pequeño. No parecía ser el mismo del triplete de mayo. Sin uno de sus protagonistas estelares en la cancha, Andrés Iniesta, el conjunto culé pareció perdido.
Sin embargo, renació como el Ave Fénix, no de sus cenizas, sino de sus entrañas: apareció ese equipo que había deslumbrado al mundo. Con un plantel enorme en potencial y un banco de suplentes que podría cotizar en la bolsa, Guardiola movió las piezas como en una tabla de ajedrez y puso en jaque al León. Pedro fue letal como el alfil y Messi puso el pecho a las críticas de los incrédulos para cerrar un año redondo. Visca el Barça, el mejor equipo del 2009.
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